viernes, 5 de noviembre de 2010

La plenaria pitiyanqui de Fernando Lugo

Luis Agüero Wagner FIRMA DE OPINIÓN

La plenaria pitiyanqui de Fernando Lugo

Se ha dicho que un imperio no tiene aliados sino lacayos, pero el cura Fernando Lugo prefiere usar eufemismos cuando habla de sus amos de la embajada norteamericana de Asunción y la prensa pitiyanqui, a quienes denomina “aliados” sobre todo para disimular su carencia total de caudal electoral, como una ramera que busca siempre ubicarse en el bando de los vencedores.
El asunto no tendría nada de malo si no fuera que además pretende maquillar a contubernios de esta índole, una verdadera asamblea plenaria de pitiyanquis, como una supuesta fuerza de “izquierda”.

Es que debe devolver favores a los sucesores de James Cason, su principal puntal para el 20 de abril y como sabemos, en Paraguay el continuismo no se detiene.
Tanto es así que hasta ministros del dictador involucrados en graves violaciones a los Derechos Humanos han sido honrados por el gobierno arzobispal. Es que el cura Fernando Lugo es proclive a exhibir públicamente sus estrechos lazos con el estronismo, y no le hace asco ni siquiera a los homenajes dedicados a ministros del dictador.

El ex ministro del gobierno de la dictadura de Alfredo Stroessner, Adán Godoy Giménez, recibió en ese contexto hace unos días un reconocimiento en Palacio de López, a pesar de tratarse de uno de los hombres cuestionados por las organizaciones de Derechos Humanos del Paraguay por la mano dura y represión que aplicó durante la dictadura.

El acto que se desarrolló en Palacio de López el pasado jueves 28, día en el cual el jefe de Estado saludó con una amplia sonrisa al ex ministro de la dictadura. Referentes de la organización de los derechos humanos, entre ellos Martín Almada, cuestionaron con dureza el reconocimiento por lo que representa la figura de Godoy Giménez pero como siempre, todo quedó en aguas de borrajas.

Godoy Giménez formó parte del conocido grupo de la dictadura "Cuatrinomio de oro", con los más incondicionales esbirros del dictador Stroessner y estuvo al frente de la cartera de Salud por unos 20 años. Tal vez su conocido parentesco con el ex animador de los cumpleaños de Stroessner Humberto Rubín y con su esposa Gloria, gran censora del presidente nicaragüense Daniel Ortega y de Hugo Chávez, expliquen el curioso homenaje del gobierno luguista, autodenominado como “el gobierno del cambio”.

Aliados pitiyanquis
No contento con las humillaciones infligidas a su patética izquierda chanta, ahora el payasesco cura con hijos Fernando Lugo ahora pide votar al candidato de la embajada yanqui para estas elecciones municipales.

Se trata del empresario Miguel Carrizosa, miembro de una familia enriquecida durante el largo reinado con mano de hierro del general Stroessner (1954-89), que incluso colaboraba con los congresos de la Liga Mundial Anticomunista que tenían en el Paraguay a uno de sus principales epicentros. Actualmente Carrizosa y sus allegados son conocidos referentes del CIRD, corporación de ONG derechistas estrechamente vinculada a USAID y la embajada norteamericana.
Y aunque se promociona a sí mismo como digno de confianza, sus antagonistas lo acusan de haber estafado a pobres y jubilados por valor de más de siete millones de dólares en la quiebra fraudulenta de ESPIGAL SA, defraudando al IPS y al Banco Nacional de Fomento en sociedad con Oscar y Carlos Mersán, con una fábrica reciclada de almidón de mandioca.

Parte de la fortuna que hoy ostenta Carrizosa la construyó a través de una concesionaria de automóviles en la que tenía participación el ministro de Stroessner, Sapena Pastor, quien movía sus influencias para que importantes entidades públicas –entre ellas la terrible policía política de la dictadura- compren sus vehículos.

El equipo pitiyanqui en pleno
Como es previsible, la plenaria pitiyanqui se alineó tras el candidato de la embajada nortemericana con tanta disciplina como la prensa subsidiada por el National Endowment for Democracy, las ONG regadas por dólares de USAID y su clientela prebendaría.

Otra referente de la plenaria pitiyanqui que Lugo logró amalgamar para las elecciones municipales es la médica y diputada Desirée Masi, antichavista recalcitrante que ya participó del montaje para escrachar a Daniel Ortega en la toma de posesión de Lugo, en agosto de 2008,y que hoy encabeza una campaña para no reconocer matrícula a los médicos paraguayos que egresan en Cuba. Las malas lenguas del Parlamento la acusan de ser la “diputada perejil”, por el precio exorbitante que pagaba por dicha hortaliza en sus tiempos de directora del Hospital de Clínicas, además de controlar hoy los negociados de Aduanas, Ministerio de Salud y compras de la Policía por intermedio de su marido, el ministro del Interior Rafael Filizzola.

La principal candidata de un supuesto frente de izquierdas para las concejalías de Asunción es Karina Rodríguez, surgida -¡qué casualidad!- de un grupo juvenil financiado por la embajada norteamericana y conocido como “Casa de la Juventud”, al cual según reconoció públicamente la susodicha, “apostaron” NED, IAF Y USAID. Como no podía ser de otra manera, y a pesar de que el candidato a intendente de Asunción es un conspicuo referente del empresariato fascistoide, detrás de él forman fila por las migajas de la torta miembros de Tekojoja y Pmas, junto al siempre claudicante Partido Liberal.

Entre las candidaturas amalgamadas en la plenaria pitiyanqui también aparece la periodista Pepa Kostianovsky, escribiente con larga trayectoria al servicio de Aldo Zucolillo, un empresario que financió en su momento al centro de detenciones y torturas de la dictadura paraguaya, dirigido por Antonio Campos Alum con asesoramiento de la CIA y la embajada norteamericana de Asunción. Zucolillo también es conocido por su sociedad con Massera y con Moon, además de ser protegido –al igual que su amigo del alma Humberto Rubin- por la embajada norteamericana de Asunción, de la Fundación Nacional para la Democracia (NED, USA) y directivo de la SIP.

Pepa es también recordada por su entrañable relación con su compañero de redacción en ABC color, Alcibiades Gonzalez Delvalle, un ex policía de los años más sangrientos de la dictadura de Stroessner que hoy se dedica al periodismo.
Este ex uniformado también es fundador del sindicato de periodistas del Paraguay, grupo cooptado por la AFL-CIO (más conocido como AFL-CIA por sus vínculos con la inteligencia norteamericana y su intervencionismo en el Tercer Mundo) y que hoy no oculta, como sus vínculos lo obligan, su simpatía por el candidato de la embajada norteamericana.

Dijo William Cowper que seguir estúpidos precedentes y parpadear con los dos ojos es más fácil que pensar, y tal parece ser la opción por la cual se han decidido los supuestos izquierdistas bolivarianos del cura Fernando Lugo, en la realidad unos enfáticos pitiyanquis, imitadores acríticos de todo lo que venga del norte.

Decía el historiador romano Tácito cuando veía que los galos adoptaban las modas, costumbres y hasta vestidos de sus conquistadores romanos que “todo a lo cual aquellos simples llamaban civilizado no era sino muestra de su servilismo”. El mismo tributo que los antiguos conquistados pagaban para que los imperios se sirvan del trabajo ajeno, hoy es la maldición de las mayorías en países como Paraguay, dominadas por esta logia juramentada, que aboga por intereses imperiales y hace suyos hasta a los enemigos de sus conquistadores.

Desde hace décadas la embajada norteamericana ha manejado como títeres con operaciones más o menos sutiles, a los líderes políticos del Paraguay, y los resultados hoy están a la vista aunque no sean precisamente para enorgullecerse. Seguir siempre el mismo camino, lo advertía Igor Stravinski, es retroceder.

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